Durante
la historia han surgido varias apariciones y esta vez no es la excepción pues
de la madre de la que hoy hablaremos se le apareció a un indio casi que de nombre
Juan de Águila que caminaba hacia los
rumbos del pueblo de Tacuba, en donde la virgen hoy aquí mencionada se le
presentó en el cielo diciéndole que fuera a buscarla en ese pueblo, por lo cual
la encontró debajo de un maguey, la cual la llevó a su casa pues era una
estatuilla de madera que se había perdido desde el año de1520 fue trasladada a San Juan
Totoltepec, una villa cercana donde expertos -como el cronista Ricardo
Poery- consideran se localiza el verdadero árbol de la Noche Triste: un multi-centenario,
gigantesco, majestuoso y muy bien conservado sabino o ahuehuete, donde Cortés
lloró su inicial derrota.
La noticia del hallazgo de la imagen llegó a los
españoles, quienes la habían venerado desde el principio de la conquista, así
como también, los nativos, quienes encontraron en ella consuelo en medio de sus
dificultades, por ello erigieron primero una ermita en este cerrito llamado
Otomcapulco hoy renombrado como de los Remedios.
Hoy
celebramos la onomástica de la Virgen de los remedios la cual fue traída a
nuestro país por uno de los hombres de Hernán Cortés que llevaba el nombre de Juan Rodríguez de Villafuerte el cual se
la había entregado su hermano, pues al ser un regalo se convirtió en un
consuelo al momento de librarlo de los peligros de las batallas.
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