Ahora
hablaremos de alguien que formó parte de una de las instituciones reconocidas
las cuales se dedican a la enseñanza y la cual tiene el nombre de su fundador
el cual es San Juan Bautista de la Salle, pues él fue miembro de esta
institución pero sin ser sacerdote pues es aquí que no se tiene esa jerarquización,
pues solo profesan los botos pero no
reciben el sacramento del orden sagrado.
Sin dejar de lado que forma parte de los mártires de turón junto a otros
siete hermanos de las escuelas cristianas,
además de que en un principio no se le consideraba santo ya que no existía
milagro alguno que lo acreditaba como tal para su canonización.
Al recibir el hábito decidió tomar el
nombre de Benito de Jesús y como era
costumbre en esa época pronunció los botos, y El 24
de agosto de 1929 fue destinado al colegio de Astorga, León. Allí se entregó a
los grupos apostólicos del Colegio, como los «Tarsicios» y a trabajar como
promotor de prensa.
Para
su beatificación fue como ya se mencionó necesario la comprobación de un
milagro lo cual sucedió en ese mismo momento pues Rafaela una joven que se
debatía entre la vida y la muerte a causa de un cáncer de útero, por lo cual
los médicos no le daban más de una semana de vida, así que El esposo de la joven, ex alumno de La
Salle, siguiendo el consejo del director del colegio donde había estudiado,
rezó dos novenas pidiendo a los mártires que intercedan.
En la noche del 29 de abril, Rafaela sintió
unos dolores fortísimos pero al día siguiente estaba totalmente curada.
Por
lo cual hoy celebramos la onomástica de San Héctor ya que su beatificación fue
celebrada en el vaticano en el año de
1999.