La música siempre ha sido un arte que todos podemos disfrutar ya
que nos hace sentir infinidad de sentimientos, es por eso que el día de hoy
recordaremos a la que es considerada la patrona de los músicos por lo cual
aremos mención de Cecilia, la cual obtiene su culto desde el siglo v y se inicia en la iglesia donde había sido su casa y donde ella había
donado para el culto divino. Es en esta
que se inician el canto de los oficios por una congregación de monjes
diariamente.
Se da el caso de que en el oficio divino de Santa
Cecilia había una antífona que decía: Cantantibus órganis Cecilia virgo corde
suo soli Domino decantabat..." (Al son de los órganos la virgen Cecilia
cantaba en su corazón sólo al Señor...) A raíz de esta antífona y del singular
y solemne culto cantado que se celebraba en su iglesia y que luego se extendió
a otras muchas iglesias a ella dedicadas, y muy especialmente desde la
fundación, en Roma, el año 1584, de la Academia de la Música, que la nombró su
patrona, se la consideró y proclamó en todo el orbe cristiano patrona de los
músicos.
Siendo
hoy veintidós de noviembre celebraremos la onomástica de Santa Cecilia la cual en su tiempo se consideraba uno de
los elementos valiosos para los romanos pero como en toda persona surgió una
conversión ya que aceptaría irse a el cristianismo cambio que le costaría un
intento de muerte, pues el prefecto de la ciudad buscó un pretexto para asesinarla, es por eso que le pide que
le de cuenta de los bienes de su esposo y de su hermano a lo que nuestra santa
respondió que los ha repartido entre los que menos tienen por lo cual se
dispone a matarla pero le propone un trato ya que si ella ofrecía un sacrificio
a los dioses romanos pero ella se niega diciendo que no hay más Dios que el
Dios de los cristianos, y que los ídolos son patrañas. Es por esto que el
prefecto la mandó a la hoguera de donde saldría viva por lo cual la golpearía
con una hacha logrando hacerle tres tajos pero aun así sobreviviría tres días más
convirtiendo a paganos hasta que el año 177 entrega su alma finalmente a Dios.