En la vida siempre existirán las conversiones ya que a veces en eso
que no creemos se presenta de una forma fantástica logrando tocar el corazón,
por lo cual el personaje de que a continuación hablaremos sufrió una de estas
transformaciones ya que los santos Fugacio y Damián los cuales serían los
encargados de llevar la fe de cristo hasta lograr convertir a Lucio.
Se dice que Lucio era el jefe militar de uno de los pequeños
estados en que estaba dividida entonces
la gran Bretaña ya que se alude el milagro de su conversión a que en su
expedición contra los sármatas salvó al ejército de morir de sed pues atrajo
una lluvia providencial, al tiempo que caía sobre los enemigos una granizada y una tormenta de rayos que los
derrotó.
Siendo hoy veinticinco de octubre celebramos la onomástica de San
Lucio el cual se desconoce sus datos biográficos, lo único que podemos decir es
es que la historia lo sitúa en Coira, Suiza
en una cueva y un monte dedicados en su
nombre porque se cree que ahí vivió retirado algún tiempo, y por último podemos
decir que falleció decapitado en la fortaleza de Martiola, sus reliquias se encuentran en Augsburgo.
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